martes, 3 de junio de 2008

Nemesis Divina.




Mi enemigo.
Que bastardo, que malvado, que inmune, que necesario…
Siempre a sido mi meta vencer al tiempo mi peor enemigo, mi némesis, mi peor angustia confirmada, pues ya he aceptado que me vencerá, ¿soy realista? Tal ves si, pero cada que puedo lo detengo, con un buen orgasmo, con una buena borrachera, un buen cigarro y con la ayuda de un paro cardiaco…
Quizá nunca lo detenga realmente, pero se que cada instante de placer, de júbilo, de lujuria viva, de miedo, de soledad, de desgracia, de erotismo, de perversión y muerte es mejor que el único placer que el tiempo puede tener “su indestructibilidad”.